miércoles, noviembre 05, 2008

Lección 11

Los Diez
Mandamientos

Parte 7



“En mi predicación de la Palabra, tome especial nota de esta cosa, que el Señor me dirigió a comenzar con pecadores donde Su palabra comienza; esto es, condenar toda carne, y abrir y alegar que la maldición de Dios, por la Ley, pertenece y toma de todo hombre que entra en el mundo, por el pecado.”
John Bunyan

Comentario: Aunque Jesús dio una advertencia muy seria acerca del quebrantamiento del Séptimo Mandamiento, es quizás el que es roto con más entusiasmo y emoción.



Preguntas y Objeciones

“Dios me hizo homosexual, entonces El no quiere que cambie.”

Los homosexuales argumentan que ellos no hicieron una decisión consciente de ser de esa forma, entonces debe ser natural. Ellos nacen así – así como todos nosotros nacemos con una naturaleza pecaminosa y con deseos pecaminosos (Efesios 2:1-3). Diles que es natural para ellos, y para todos nosotros, de ser tentados para hacer las cosas que Dios dice son equivocadas. En la misma manera, los abusadores de niños, adúlteros, alcohólicos, drogadictos, etc., no toman una decisión consciente de “escoger” ese estilo de vida destructivo; ellos simplemente se dan a sus deseos pecaminosos. Sin embargo, aunque el pecado es natural para el no creyente, eso no quiere decir que Dios quiere que se queden así. Dios puede liberarles de su naturaleza pecaminosa (Romanos 7:23-8:2), darles nuevos deseos (Efesios 4:22-24), y ayudarles a soportar la tentación (1Corintios 10:13).


En esta lección veremos al Séptimo Mandamiento: “No cometerás adulterio.”(Éxodos 20:14).

La Biblia dice que el Mesías magnificaría la Ley y que la haría honorable (Isaías 42:21). Los Fariseos deshonraron la Ley al decir que Dios requería solamente una externa demostración de piedad. Sin embargo, Jesús enseñó que Dios juzga nuestra vida de pensamiento. Él dijo, “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5:27, 28). Al hacer esto toco la niña del ojo de la humanidad. Los hombres viven y mueren por lujuria. Para ellos, es el placer más grande de la vida, y preferirían ser condenados a dejarla ir. Si la salvación fuera por obra humana, nadie sería salvo. El trabajo evangelístico estaría sin esperanza. Pero gracias a Dios que Él nos da arrepentimiento dirigiéndonos al conocimiento de la verdad (2 Timoteo 2:25). Es Dios que nos trae a nuestros sentidos y nos enseña el fin de nuestra transgresión. Este Mandamiento es quizás el más poderoso de todos los potentes cañones de Dios y por lo tanto debe ser usado frecuentemente para despertar a pecadores a su situación grave.

Lujuria es especialmente peligrosa porque rara vez se encuentra sola. Sus compañeros de cama son fornicación, adulterio, perversión, abuso sexual, y hasta homicidio. Arde en el corazón del hombre, y como reflujo ácido, forja su camino por la carne en una ola que todo lo consume con una mente propia. Lujuria causó que Herodes matara a Juan el Bautista, el hombre más grande nacido de mujer. No quiere la mitad de tu reino, quiere tu cabeza en un plato. Trae consigo el pecado, y el pecado cuando es concebido trae muerte. Proverbios 6:32 nos advierte, “Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; Corrompe su alma el que tal hace.”

El regalo del sexo fue dado por Dios para la procreación y placer. Las Escrituras dicen que la única vez que el hombre y la mujer deben abstenerse del gozo del sexo es cuando están orando y ayunando; de otra forma, se están abriendo para ser tentados (1 Corintios 7:5). La Biblia también dice que el hombre debe estar capturado (embelesado) siempre con el amor de ella (Proverbios 5:18-20). La única estipulación es que es su esposa con la que él debe estar embelesado – no con la vecina.

Los hombres frecuentemente se engañarán a ellos mismos creyendo que los Diez Mandamientos condenan sólo el adulterio, dejándoles libres de tener sexo fuera del matrimonio. Sin embargo, la Ley condena todos los actos de sexo ilegales. Primera de Timoteo 1:8-10 nos dice que la Ley fue hecha para los fornicarios. Gálatas 5:19 lista el adulterio y la fornicación como los primeros en la lista de las obras de la carne.

Aquellos que dejan el matrimonio pensando que pueden disfrutar del sexo afuera de los limites de (quité la L) la institución se arriesgan a contraer el SIDA y numerosas enfermedades transmitidas sexualmente – algunas de las cuales no son curables. Es interesante notar que un hombre y una mujer pueden tener relaciones sexuales diez mil veces dentro del matrimonio y nunca ni una vez están en riesgo de contraer una enfermedad sexualmente transmitida.

Uno que comete adulterio (del griego Porneia, “penetración sexual ilícita”) toma lo que puede ser legalmente su regalo de Dios, y lo corrompe. El es como un niño, que una noche se roba un billete nuevo de veinte dólares de la cartera de su padre, sin darse cuenta que la intención de su padre era dárselo como regalo en la mañana.

El fornicador no sólo peca contra Dios e incurre la ira de la justicia divina, pero peca en contra de su consciencia, y su propio cuerpo (1 Corintios 6:18). Fornicadores no heredarán el Reino de Dios (1 Corintios 6:9). Las Escrituras nos advierten a “abstenernos de los deseos de la carne que pelean en contra el alma” (1 Pedro 2:11).

No te desanimes si estás batallando en contra de la lujuria. Si estás luchando, entonces por lo menos estás peleando. Si no tienes problemas con ella, entonces has dado tu corazón a demonios y te halarán al infierno. Éstas son palabras miedosas – pero son necesarias para despertarnos a lo que está en juego.

¿Llevarías pornografía a la iglesia y la verías durante la adoración? Es como hacerlo, por que Dios esta igualmente presente en tu dormitorio como lo está en el edificio de la iglesia. Si eres dado a la pornografía, date cuenta que quizás no eres salvo. Examínate para asegurarte que Cristo este viviendo en tí (2 Corintios 13:5). Ve Romanos 6:11-22; 8:1-14; Efesios 5:3-8.

Date cuenta que cuando te das a la pornografía, estás cometiendo adulterio (Mateo 5:27-28). Despiértate a la seriedad de tu pecado. Jesús dijo que sería mejor que fueras ciego he ir al cielo que tus ojos te causen pecar y terminar en el infierno (Mateo 5:29). Aquellos que profesan ser cristianos y babosean sobre material pornográfico evidentemente no tienen temor de Dios (Proverbios 16:6). Cultiva el temor de Dios leyendo Proverbios 2:1-5. Piensa a dónde le llevó la lujuria al Rey David. Él se abrió a muchos otros pecados, incluyendo homicidio, y trajo miseria y vergüenza al nombre de su familia. Lee Salmos 51 y hazla tu oración.

Memorízate Santiago 1:14, 15 y 1 Corintios 10:13. Sigue el ejemplo de Jesús (Mateo 4:3-11) y cita la Palabra de Dios cuando eres tentado (ver Efesios 6:12-20).

No hagas provisión para tu carne (Romanos 13:14; 1 Pedro 2:11). Desásete de todo acceso a material pornográfico – el Internet, literatura impresa, TV, videos, y películas. Para ya de alimentar el fuego. En cambio, guarda tu corazón con toda diligencia (Proverbios 4:23). No permitas que el ámbito demoníaco tenga acceso a tu vida de pensamiento. Si te das a ti mismo a esto, te volverás su esclavo (Romanos 6:16).

Lee la Biblia diariamente, sin falta. Al someterte a Dios, el diablo huirá (Santiago 4:7-8). La próxima vez que venga la tentación, haz cincuenta flexiones, y después cincuenta abdominales. Si aùn te estás quemando, repite el proceso (ver 1 Corintios 9:27).

Anímate porque aunque los pecadores se sacudan de tus palabras cuando hables con ellos acerca de la lujuria, se encontrarán que es más difícil sacudirse de la convicción del Espíritu Santo. Planta la semilla de la verdad en la tierra del corazón. Diles lo que Jesús dijo acerca de este pecado, y después ora que el Espíritu Santo haga la palabra crecer en su corazón.



Preguntas

1. Cómo hizo el Mesías de (quita la esta palabra) la Ley mas “honorable”?



2. Cuáles son algunos de los pecados que acompañan a la lujuria?



3. Qué quiere la lujuria de tí? (ver Juan 10:10; y Santiago 1:14, 15.)



4. Cómo responderías a una persona que dice que los Diez Mandamientos no condenan el sexo afuera del matrimonio?



5. Por qué no debes desanimarte si tienes un problema con la lujuria?



6. Qué dice la Biblia a aquellos que consideran ver pornografía como una actividad que no hace daño?



7. Qué podemos aprender de Proverbios 2:1-5?




Progreso del Predicador

Cristiano: “Ey, Larry. Que bueno verte otra vez.”
Larry Lujuria: “Ey, Cristiano. ¿Qué tal?”
Cristiano: “El Cielo. ¿Crees que vas a ir allá?”
Larry Lujuria: “Claro. Soy tan bueno como cualquier Cristiano.”
Cristiano: “Eso no fue el caso la última vez que hablamos. ¿Aún estás deseando a las mujeres?”
Larry Lujuria: “Absolutamente. Me encanta. Lo que tu ves como lujuria, yo lo veo como placer. No hay nada malo en ver a una mujer y decir, ‘Ella es bonita.’”
Cristiano: “Eso es correcto. No hay nada malo con eso. Pero Dios dice que si hay algo malo cuando la deseamos sexualmente. El lo llama adulterio.”
Larry Lujuria: “¿Cómo sabes la diferencia?”
Cristiano: “Tu consciencia. Te dirá cuando cambia de ‘ver’ a ‘desear sexualmente,’ si tienes mente para escuchar.”
Larry Lujuria: “Bueno, como dije, si que me da placer.”
Cristiano: “Sólo porque da placer no quiere decir que está bien. Abuso sexual puede dar placer. También un emocionante robo de banco. Jesús dijo que si tu ojo te causa pecar, debes sacártelo en vez de dejar que el pecado te lleve al infierno.”
Larry Lujuria: “No creo que Dios me enviará al infierno sólo por ver a una mujer.”
Cristiano: “El no lo hará, pero El sí te enviará al infierno por cometer adulterio en el corazón. Aprecio que me escucharas. Me dejas saber si quieres hablar más, Larry.”



Plumas para flechas

Tanta de la miseria del mundo es infligida por las personas mismas: SIDA, alcoholismo, obesidad, culpabilidad, drogadicción, adición a la nicotina y sus enfermedades relacionadas, etc. Mira a (quita esta letra) la repercusión del adulterio revelada en esta carta no firmada: “Hace once años, me fui de un matrimonio de doce años. Mi esposa era una buena persona, pero por un largo tiempo ella estaba bajo mucho estrés. En vez de ayudarle, comencé una aventura con su mejor amiga. Fue un desastre. Esto es a lo que renuncie: 1) ver a mi hija crecer; 2) el respeto de muchos amigos de muchos años; 3) el placer de vivir como una familia; 4) una esposa que era leal, apreciativa y me trataba de hacer feliz. Esto es lo que recibí: 1) dos hijastros que me trataban como basura; 2) una mujer que no sabía hacer nada para la cena sino solamente reservaciones; 3) una esposa cuyo interés en mí era solamente cuánto dinero podía ella obtener; 4) una esposa que hacía comentarios de menosprecio de mi familia y arruinó mis amistades existentes; 5) finalmente, lo mejor que recibí fue un amargo y caro divorcio.”



Palabras de Confort

Una señora llamada Peggy entró al vestíbulo de nuestro ministerio y preguntó si podía estacionar su taxi de 18-ruedas en frente de nuestro edificio. Le dije que estaba bien, y después le di uno de nuestros tratados de colección de Elvis. Ella vio la foto y dijo, “Se parece a mi primer marido.” Le pregunté cuántos había tenido. Ella dijo que ahora estaba con su cuarto marido.
Me refrene de decir “…y aquél con el que estás ahora no es tu marido,” y en cambio le di un penny con los Diez Mandamientos impresionados en él. Le dije lo que era, y le pregunté, “¿Piensas que has mantenido los Diez mandamientos?”Cuando ella admitió que había mentido y robado, suavemente le dije, “Por tu misma admisión, eres una mentirosa ladrona. Si Dios te juzga por los Diez Mandamientos en el Día del Juicio, ¿serás inocente o culpable?” Ella dijo que sería culpable y terminaría en el infierno. Le dije que no era la voluntad de Dios que ella vaya allá, y le pregunte si sabía lo que Dios había hecho para que ella no vaya al infierno. Abrió sus ojos y sinceramente dijo, “El dio a Su olvidado Hijo.” (nota: juego de palabras entre dio y olvidado). La mayoría de América sabe Juan 3:16, aunque no lo digan muy bien.



Ultimas Palabras

Zuniger era un Profesor de Medicina en Basel quien, aunque reconocido por su talento, era un creyente de un simple corazón que vivía a la luz de la eternidad. Sus últimas palabras fueron:

“Me regocijo, sí, mi espíritu adentro salta de gozo, que ahora el tiempo ha finalmente llegado cuando veré al glorioso Dios cara a cara; quien yo por fe he deseado, y por quien mi alma a bramado.”



Versículo para Memorizar

Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
Mateo 5:27-28

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