sábado, noviembre 15, 2008

Lección 12

Los Diez
Mandamientos

Parte 8



“La gracia no significa nada para una persona que no sabe que es pecadora y que esta pecaminosidad quiere decir que ella está separada de Dios y condenada. Es, por lo tanto, inútil predicar gracia hasta que las demandas imposibles de la Ley y de la realidad de culpabilidad ante Dios son predicados.”
John MacArthur

Comentario: Este Mandamiento verdaderamente sirve para despertar la consciencia. Es maravillosamente efectivo en alertar a individuos a la seria condición de su corazón. Acuérdate, un pequeño robo es un robo.



Preguntas y Objeciones

“¿Acaso no hay circunstancias cuando el violar la Ley de Dios es justificado?”

La esposa de un hombre se está muriendo. Ella necesita medicina que solamente está disponible en una tienda, y la tienda está cerrada. Están muy lejos de un hospital, y el hombre no tiene suficiente dinero para comprar la medicina aun si la tienda estuviera abierta. Entonces se mete esa noche, se roba la medicina (y no toca nada más), y salva la vida de su mujer. ¿Es esto moralmente incorrecto? ¿Es esto un pecado?

La Biblia dice, “No tienen en poco al ladrón si hurta para saciar su apetito cuando tiene hambre; pero si es sorprendido pagara siete veces; entregará todo el haber de su casa.” (Proverbios 6:30-31).

Si un hombre roba para salvar la vida de su esposa, el “roba.” El entonces es culpable de romper la ley de los hombres y de Dios. Sin embargo, cualquier juez razonable tomaría en cuenta la motivación de su transgresión y ser misericordioso. Obviamente, Dios hará lo mismo en el Día del Juicio con aquellos que se han encontrado en tal situación. Dios hará lo correcto. Sin embargo, si tu cavas un poco mas a la motivación de la persona quien está preguntando si romper la Ley de Dios es alguna vez justificable, vas a encontrar que ni él ni un amado de él está en una situación de vida o muerte; él simplemente está creando escenarios en su imaginación para tratar de justificar el amor a su pecado.


En esta lección veremos al Octavo Mandamiento: “No hurtarás.”(Éxodos 20:15).
La mayoría de gente no piensa que Dios considera el robo ser robo hasta que el valor de lo que es robado le impresione a Él. Sin embargo, si yo abro tu cartera y cojo sólo un dólar, yo soy un ladrón, y la Biblia dice que los ladrones no entran en el reino de Dios. ¿Qué sería lo suficientemente valioso como para robarlo y perder tu alma? Jesús preguntó, “Porque ¿Qué aprovechara al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” (Mateo 16:26).

Es un testimonio triste a la maldad del corazón humano cuando el mundo honra a una persona honesta. Alguien encuentra una cartera llena de dinero y lo devuelve al dueño – y eso hace noticias nacionales. Es raro cuando un ser humano hace lo que debe hacer. Robar viene fácil para nosotros porque nuestro padre espiritual es un ladrón. Él vino para robar, matar, y destruir, y su voluntad nosotros felizmente hacemos…y nos encanta. Como un niño usa una lanza de anguila conectada a un pedazo de soga enganchándolo a las manzanas del patio del vecino y las hala a través de seto a su propiedad. Nosotros teníamos manzanas en casa, pero las manzanas robadas saben más dulces.

No nos damos cuenta como el pecado se pone en cuclillas a la puerta del corazón humano. Muchos nunca considerarían robar hasta que la tentación viene. Toma por ejemplo la situación de Mayo 14, 1993, en Chicago, cuando $600,000 se cayo de un camión armado a la carretera. Conductores llenos de pánico pararon sus vehículos a un alto y llenaron sus bolsillos de billetes. Motociclistas fueron vistos llenando sus cascos con billetes, y rápidamente yéndose a la distancia. Dos paramédicos dieron a la policía $120,000. Ellos devolvieron el dinero sólo porque sospechaban que era dinero de droga y por lo tanto “marcado.” Alrededor de $450,000 aún está perdido.

Pecadores frecuentemente cavarán profundo en el ámbito de la fantasía para tratar de justificar el robo. Ellos dirán, “¿Me estás diciendo que si un hombre roba un pan para dar de comer a sus hijos que se están muriendo del hambre, que Dios llama eso robo?” La respuesta es sí. Es robo y la Biblia dice que él debe hacer restitución por su crimen. Si un hombre tiene hambre, él debe mendigar antes de robar. Un pecador frecuentemente admitirá robar pero dirán que sólo era un caramelo cuando era joven. O dirá que ha robado una vez, pero desde entonces se ha reformado. Se le debe decir que el tiempo no perdona el pecado, y que Dios aún ve los pecados de ayer como si hubieran sido cometidos hoy. Para su boca usando la Ley (Romanos 3:19). Enséñale que la única forma de escapar las terribles consecuencias del pecado es la Puerta del Salvador. Deja que el huracán de la ira de Dios sople lejos de él las escasas hojas de justicia propia. Haz que nombre su transgresión por nombre – que es un ladrón. Entonces apunta a (y hazle leer) 1 Corintios 6:9,10.

Charles Finney dijo, “Esta Ley, entonces, debe ser puesta en orden en toda su majestad en contra del egoísmo y la enemistad del pecador. Todos los hombres saben que han pecado, pero no todos están convencidos de culpa y de la mala paga del pecado. Pero sin esto ellos no pueden entender o apreciar el método de la salvación en el evangelio. Fuera con esta predicación de leche-y-agua del amor de Cristo que no tiene santidad y discriminación moral en ella. Fuera con la predicación del amor de Dios que no está enojado con los pecadores todos los días.”



Preguntas

1. ¿Por qué es el valor de lo robado irrelevante?



2. ¿Qué es lo que revela acerca de la naturaleza humana una noticia de que un hombre devolvió una billetera perdida?



3. ¿Está mal que un hombre robe cuando tiene hambre?



4. ¿Cómo reaccionarias si vieras $600,000 revoloteando en una carretera?



5. ¿Qué no te dejaría robarte el dinero?



6. ¿Por qué no es suficiente para un ladrón que reforme sus caminos?






Progreso del Predicador

Cristiano: “¿Cómo estás?”
Rob O. Bancos: “Bien. ¿Y tú?”
Cristiano: “Bien. ¿Conoces de alguna buena iglesia por esta área?”
Rob O. Bancos: “Yo no se. No he ido a la iglesia por años.”
Cristiano: “¿Has tenido una crianza cristiana?”
Rob O. Bancos: “Sí. Fui a la Escuela Dominical, Pero la dejé cuando crecí.”
Cristiano: “Por si acaso, mi nombre es Cristiano. ¿Cuál es el tuyo?”
Rob O. Bancos: “Rob O. Bancos.”
Cristiano: “Gusto conocerte. ¿Te consideras ser una buena persona…quiero decir, has cumplido con los Diez Mandamientos?”
Rob O. Bancos: “Más o menos.”
Cristiano: “¿Alguna vez has dicho una mentira?”
Rob O. Bancos: “Sí.”
Cristiano: “¿Qué te llamarías al hacer eso?”
Rob O. Bancos: “Un mentiroso.”
Cristiano: “¿Alguna vez has robado algo?”
Rob O. Bancos: “Me estas haciendo sentir culpable.”
Cristiano: “¿En serio? ¿Cuál Mandamiento te hace sentir culpable – No dirás falso testimonio?”
Rob O. Bancos: “No.”
Cristiano: “¿No robarás?”
Rob O. Bancos: “Ya no quiero hablar más de esto.”
Cristiano: “Perdóname. No quise ofenderte. ¿En qué trabajas?”
Rob O. Bancos: “Yo…um…trabajo en un banco. Ya me tengo que ir…”



Palabras de Confort

Una vez hice un asiento de 15 pies de largo para el interior de un bus que había comprado. Estaba emocionado que por fin, algo estaba yendo bien. Entonces dirigí mis energías al asiento del otro lado del bus. Me determiné que no iba a equivocarme, entonces hice todo idéntico al primero. Hice una replica exacta, sabiendo que no me podía equivocar si lo hacia así. Era sólo cuando lo levanté para darle vuelta para ponerle en contra de la otra pared que me di cuenta de mi error. Hubo un clunk! Al golpear la pared del bus. El asiento era 15 pies de largo, pero el bus solo 10 pies de ancho – no podía darle vuelta al asiento para ponerle en la otra pared.

Yo amaba ese bus. Pusimos versos bíblicos alrededor del bus y pinté un cuadro grande de un hombre en un ataúd en la parte de atrás del bus. Amontonado alrededor de él estaban bultos de dinero, y debajo estaban estas palabras, “Porque ¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” Por alguna razón conductores casi no se acercaban al bus.

Era un bus grande. Era tan grande, que mientras yo guiaba el volante Sue trabajaba los pedales. Un día estaba conduciendo por la ciudad y encontré que era muy grande para virar en una esquina. Muy cuidadosamente vi el retrovisor y retrocedí. Entonces escuche un sonido que nunca olvidare: un alto ne-ne-ne-ne-ne-ne-ne! Seguido por un rrrrraaaassssppppooooon. Revise mi retrovisor otra vez – nada allí. Conduje hacia al frente. Otra vez escuché el misterioso rrrrraaaassssppppooooon, entonces yo me estacione y revise lo que yo pensé que estaba halando algo bajo el bus. De repente, hubo unos golpes en la puerta. Yo abrí y vi un joven con una cara pálida. Él había parado detrás del bus en un carro muy pequeño, cuando un ataúd con “Porque ¿Qué aprovechara al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” comenzó a ir hacia él. El pitó la bocina de su carro ne-ne-ne-ne-ne-ne-ne! mientras el bus raspó sobre su carro – tomando el cadáver, el ataúd, y las Escrituras hasta su parabrisas. Pobre hombre.



Ultimas Palabras

Sócrates (470-309 B.C.), filósofo griego de quien Platón estaba muy orgulloso:

“Toda la sabiduría del mundo es solamente una pequeña balsa cuando salgamos de esta tierra. Si solamente hubiera un fundamento más firme en el cual ir, quizás una palabra divina.”



Versículo para Memorizar

Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Marcos 8:36, 37

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